Los más jugones saben apreciar las cualidades de un monitor curvo. Para el gaming, estos monitores nos sumergen aún más en la acción, y nos permiten gozar de un ángulo de visión óptimo en todas las zonas de la pantalla. Un panel curvo no tiene demasiado sentido en un monitor de 22 o 24 pulgadas, pero sí es una gran idea a partir de las 27 pulgadas. Minimiza nuestros movimientos de cabeza y evita los reflejos que una pantalla plana grande puede tener.
El formato de pantalla curva es prácticamente “de serie” en monitores de formato ultrapanorámico, con relaciones de aspecto 21:9 o incluso 32:9. Estos monitores tienen una gran resolución y nos permiten tener un mayor espacio de juego, resultando especialmente inmersivos en juegos de simulación, como juegos de carreras de coches.
Un buen monitor con características gaming tendrá un tiempo de respuesta inferior a los 2 milisegundos y una tasa de refresco igual o superior a los 120 Hz. Con todas estas características, los monitores curvos gaming no son baratos, pero son una gran compra para los jugones más exigentes.
Los 5 mejores monitores curvos para gamers del momento
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